La experiencia de Comunidad es sin duda algo que atrae
y que ilusiona. Cada uno, pensando en este concepto puede imaginar diversos
escenarios: el espectro digital, la presencialidad, las ideas, la amistad, las corrientes de pensamiento, las
causas sociales, los credos, el emprendedurismo, las artes, en fin, y esto sólo por enumerar algunas
de las tantas temáticas y contextos que hoy pueden ser soporte para el
desarrollo de Comunidad al que hago referencia. Quienes como yo han vivido
experiencias en el pasado ligados a algún tipo de comunidad, podrán corroborar
que es mucho lo que uno desarrolla: se aprende haciendo, se produce en equipo,
se entrelazan esfuerzos, ilusiones y convicciones, se comparte, se disfruta y se
crece muchísimo. Y por sobre todo queda la certeza de que solos podemos hacer
algunas tantas cosas, pero, junto a otros tan dedicados como nosotros, pues
simplemente no tenemos límites.