sábado, 30 de junio de 2018

ESE PERÚ QUE SI ES POSIBLE



Les voy a hablar hoy de la quimera, de la alucinada, de la utopía, de eso que sé que muchos tenemos en el corazón como una expresión de deseo, como un anhelo o como el más caro de nuestros sueños, ese en el que vemos a peruanos unidos rompiendo con el paradigma de que “un peruano es el peor enemigo de otro peruano” o aquel de que sólo en las buenas están los compañeros porque en las malas siempre es más fácil criticar y destruir con nuestras palabras a otros aun cuando sean nuestra sangre.

¿Alguna vez imaginamos que nosotros los peruanos seriamos reconocidos por ser la barra más fiel, incondicional y generosa en aliento sano, vigoroso y orgulloso aún más allá de los resultados? ¿Creímos acaso que el mundo terminaría volviendo la mirada a nuestra gente asombrados por la conexión con una selección que jugando bien fuese eliminada? Algo está cambiando, estamos empezando a creer en nuestra gente, en nuestra raza, en nuestra identidad. Somos más que delicias gastronómicas, ruinas de una cultura milenaria y minerales; vamos descubriendo el enorme valor de poder construir y comunicar experiencias de vida a partir de equipos humanos que generen admiración, emulación, respeto: lo vivido en estos días de mundial de futbol Rusia 2018 va más allá de una tabla de posiciones. Las más importantes batallas son las que se ganan en el interior de cada uno, cuando empezamos a creer y a actuar en consecuencia.